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Año XXVI, Número 47, enero 2026

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                                         Reforma administrativa, economía, y medios de producción con la llegada…



              mantener en sus manos el poder religioso, consciente de lo que ello reresentaba. Hasta
              su  fallecimiento,  conservó  el título  de  Pontifex  Maximus.  En  efecto,  este  título,  con  el

              consiguiente significado para Roma, convertía al emperador en el máximo representante

              de la religión oficial del estado romano pagano y jefe espiritual de todas sus religiones.
              Fue ostentado por todos los emperadores como parte de su autoridad imperial hasta la

              llegada  del  emperador  Graciano  (375-383  d.C.)  que  decidió  rechazar  el  título,  al
              considerarlo inapropiado para un emperador cristiano.


                     Efectivamente,  Constantino  toleró  a  los  cristianos  por razones  políticas,  ya  que

              los cristianos podían decidir, y de hecho decidieron, la alineación de Oriente a favor de

              uno  u  otro  de  los  jefes  militares.  Fuerte  con  su  apoyo,  Constantino  se  impuso  como
              emperador único, y aunque el Estado como tal siguió siendo pagano hasta el año 379,

              desde  313  el  cristianismo  gozó  de  libertad  y  se  conviertió  en  religión  mayoritaria;  no
              obstante, a partir de este mismo año la iglesia quedó sometida al poder imperial.


                     Y  ello  se  consiguió  con  la  decidida  eliminación  de  Constantino  al  sistema

              tetrárquico establecido por Diocleciano; su proclamación como augustus por el ejército

              en 306 tras la muerte de su padre Constacio Cloro, le llevó en 312 a una guerra contra
              Magencio en occidente, a la sazón candidato al puesto y posteriormente la guerra para

              eliminar  a  su  oponente  Licinio  en  oriente  (324),  Constantino  se  convirtió  en  el  único
              gobernante  del  Imperio  Romano.  Pero  la  unidad  lograda  por  Constantino  fue  sólo

              aparente;  las  diferencias  entre  las  zonas  oriental  y  occidental  del  Imperio  ya  eran

              demasiado  profundas  para  lograr  cohesión  territorial.  La  brecha  se  acentuó  con  la
              creación de Constantinopla como segunda capital del Imperio en 330, aunque ya antes

              (326) se había creado la prefectura de oriente, que comprendía las diócesis de Tracia,
              Asia, Ponto y Oriente, y poco después se crearon las prefecturas de Italia y las Galias. A

              la  muerte  de  Constantino  cada  uno  de  sus  tres  hijos,  Constantino  II,  Constante  y

              Constancio  II  gobernaron  en  una  prefectura  diferente,  ello  derivo  en  una  serie  de
              conflictos internos y guerras civiles entre  ellos, que alteraron el reparto original, hasta

              que  Constancio  II  quedó  como  único  gobernante.  Aunque  la  unidad  política  retornó,
              persistiría  una  separación  entre  oriente  y  occidente  debido,  fundamentalmente  a  la





                      Historia Digital, XXVI, 47, (2026). ISSN 1695-6214 © M. Caballero Espericueta, 2026                  P á g i n a  | 123
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