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Año XXV, Número 46, julio 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
Algo más sobre la muerte de Buenaventura Durruti (II)
- En el automóvil “Packard” solamente estaban Durruti, Manzana y el conductor
(confirmación, por lo tanto, de las declaraciones de Antonio Bonilla y de Liberto Ros).
- Julio Graves el conductor, que se quedó al volante, afirmó que en el momento
fatal miraba a otra parte. Está seguro, sin embargo, que ayudó a Manzana a entrar el
cuerpo de Durruti al interior del vehículo.
- Indicios como los dos agujeros dejados por la trayectoria de la bala en la
chaqueta de cuero de Durruti, mostraban que Durruti había sido asesinado casi a
bocajarro, y de frente, de un pistoletazo y no accidentalmente por una bala de naranjero.
- Debido a una herida, el sargento Manzana tenía bien vendada la mano derecha,
sostenida por una bufanda, pero era campeón militar de tiro y capaz de apuntar solo con
la mano izquierda. Derramando lágrimas, golpeándose, gimiendo, fingió todo el tiempo
la desesperación.
- La versión oficial de la muerte de Durruti (una bala perdida disparada de muy
lejos) fue decidida con prisa, con extrema urgencia, por un restringido grupo de
responsables, entre ellos Eduardo Val, miembros del Comité regional de la CNT de
Madrid, los comandantes de agrupación Ros y Mira, Miguel Yoldi, delegado del Comité
nacional ante la columna Durruti… Esperaban salvar el mito del gran revolucionario,
caído en el frente, mientras salvaban la vida de Manzana, presunto inocente. Pero esta
decisión, tomada por la mayoría de los presentes, en realidad fue solamente una
evasiva que provocó un enorme malestar y las peores sospechas sin conseguir evitar la
desmoralización de los milicianos.
En cuanto oyó las primeras palabras y lloros de Manzana, José Mariño
desconfió, nos aclaró. ¿Cómo creer, pues, en esta historia de una ametralladora
activada accidentalmente? ¿Y cómo admitir que un soldado con experiencia hubiera
infringido con semejante inconsciencia las reglas más elementales de seguridad sobre el
uso y sujeción de las armas? Todo sonaba falso, era según él una puesta en escena
premeditada. En cuanto a saber por qué Durruti fue asesinado, hacía ver con insistencia
Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Roberto Martínez Catalán, 2025 P á g i n a | 93