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Año XXV, Número 46, julio 2025

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                                         Aproximación a las colectivizaciones anarquistas. El caso de Aragón



              profunda en España, siendo por ejemplo Aragón uno de sus principales baluartes, tanto
              en  los  núcleos  urbanos,  principalmente  en  la  ciudad  de  Zaragoza,  como  en  las

              comunidades agrarias. Prueba de ello puede verse en que en mayo de 1936, Zaragoza

              acogía el Congreso Nacional de la CNT, que “cerró la escisión en las filas del sindicato,
              fijó los términos de la alianza revolucionaria con la UGT y acordó el famoso dictamen del

              comunismo  libertario”  (Romanos  Freile,  2006,  pp.  44-45),  un  dictamen  que  impulsó
              iniciada  la  Guerra  Civil  española  la  extensión  de  las  colectividades  libertarias  por  los

              campos de la retaguardia republicana.


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                     Las  colectivizaciones  de  las  tierras  incautadas  por  las  milicias ,  así  como  el
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              dominio  ejercido  por anarquistas   y  socialistas  en  diferentes  municipios  de  la  España
              republicana en los primeros meses de la contienda civil, fueron en verdad, tal y como

              afirma Julián Casanova “un asalto directo a las relaciones de propiedad, a la autoridad y
              al  poder  establecido”  (Casanova  Ruiz,  2017,  p.  108).  Fenómenos  que  demuestran  la

              inversión del orden social en los primeros momentos del proceso revolucionario que tuvo

              lugar  son  por  ejemplo  la  abolición  del  trabajo  asalariado,  la  propiedad  privada  de  los
              medios  de  producción  y  del  dinero,  así  como  la  discusión  producida  en  asambleas

              populares sobre el funcionamiento de ese nuevo sistema de producción y consumo.


                     En algunos casos, los empresarios e industriales huyeron al estallar la guerra o
              fueron detenidos o asesinados, y los trabajadores se pusieron al frente de las empresas.

              Otras veces, tras hacerse con el control y la dirección de las empresas, los trabajadores

              comunicaban a sus dueños que las explotarían a partir de ese momento en régimen de





            5   Las  columnas  de  milicianos  encuadraban  a  combatientes  según  la  afinidad  ideológica,  habiendo
               anarquistas,  de  la  UGT,  PSUC,  POUM,  Esquerra  Republicana  o  del  Estat  Catalá.  En  la  Gaceta  de
               Madrid  puede  verse  una  publicación  del  BOE  que  hace  especial  relevancia  a  los  milicianos,  pues  el
               propósito del Gobierno republicano “era premiar la heroica actuación de los milicianos populares, que al
               lado de las fuerzas leales a la República contribuyeron de manera tan decisiva al aplastamiento de la
               sublevación…”. Gaceta de Madrid, 3 de agosto de 1936.
            6   Tal  y  como  afirma  Pablo  García  (2018),  los  anarquistas  pretendían  una  nueva  organización  social  y
               política, la cual debía estar basada en la igualdad, libertad y solidaridad de sus componentes, concretado
               ello en la “comuna libertaria” (p. 116), desarrollada en el municipio y con bases de poder ampliadas a un
               federalismo tanto comarcal, regional y nacional.




                      Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Guillermo Gracia Guinovart, 2025                  P á g i n a  | 135
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