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Año XXV, Número 46, julio 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
La fruta de la discordia: la crisis de las uvas envenenadas de 1989
desarrollado en su totalidad, tenía además el respaldo del almirante Merino, cuestión
relevante ya que la Armada estaba a cargo de la política económica del gobierno
(Merino, 1998, p. 397-399). Este último factor fue clave para lograr el predominio de los
Chicago Boys, que en alianza con el gremialismo y los liberales lograron desplazar
totalmente al desarrollismo nacionalista, relegado a posiciones marginales en el
régimen, aunque nunca quedaron totalmente fuera de este (Díaz Nieva, p. 19-20).
Para los economistas neoliberales la situación chilena era la prueba del fracaso
del modelo de industrialización hacia adentro, aplicado desde la década de 1940, y que
no había logrado cumplir sus objetivos tras treinta años de aplicación sistemática,
dejando como resultado una inflación patológica y crecimiento anual inferior a la media
mundial (Piñera, p. 373-374). El sector agrícola fue relevante para el proyecto
económico neoliberal, como fuente de divisas y empleos (De Castro, p. 171-182). En
general la fruticultura y la silvicultura exportaban productos cuyo valor interno eran
inferior al registrado en mercados externos; así, las ganancias se obtendrían de la
diferencia entre el precio internacional de estas mercancías en relación con su bajo
coste de producción local. Simultáneamente, estas faenas requieren un elevado número
de trabajadores, lo que en teoría permitía dar empleo a la mayoría de la población
(Piñera, p. 379). En este sentido, la propuesta implicaba la industrialización del agro y su
racionalización, a fin de promover la producción frutícola, mucho más competitiva
internacionalmente, pero hasta entonces subdesarrollada.
A partir de 1980 este sector consiguió preeminencia, desarrollándose
ampliamente la producción de uva de mesa, arándanos, y otras variedades no
tradicionales en el campo chileno (Gómez, 1996, p. 17-24). Así, se produjo un
crecimiento exponencial de la fruticultura que hasta entonces solo se destinaba al
consumo interno, mientras que la mayoría de la producción se radicaba en los cereales
Con la apertura política de 1987 adoptaron su actual nombre, y tuvieron una breve participación en el
Partido Renovación nacional, que por entonces intentó unificar a los grupos afines al régimen militar; sin
embargo, lo abandonaron poco antes del plebiscito de 1988, por disputas internas, formado un partido
propio nuevamente. (Etchepare, 2006, p. 494-496).
Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Gustavo Farfán Saldaña, 2025 P á g i n a | 14