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Año XXV, Número 46, julio 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
La fruta de la discordia: la crisis de las uvas envenenadas de 1989
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día, sin indicación de que este aviso estuviese ligado a un grupo determinado.
Inicialmente las comunicaciones fueron consideradas como meros bulos, e ignoradas;
sin embargo, por protocolo los diplomáticos estadounidenses en Santiago le informaron
de la amenaza al Departamento de Estado, 33 el que a su vez ordenó derivó el caso al
comité de emergencia de la FDA, que el 4 de marzo decidió analizar la fruta chilena, a
fin de realizar pesquisas en busca de algún contaminante (Cámara de Diputados de
Chile, p. 16).
Al día siguiente de estos hechos el comisionado Frank Young de la FDA se
reunión con el abogado David Holzworth, representante de la asociación de
exportadores chilenos, al que reveló la existencia de las amenazas contra la uva chilena.
Por intermedio del abogado los exportadores mantuvieron contacto permanente con la
FDA; simultáneamente la agencia estadounidense realizó experimentos inoculando
cianuro en uvas, para detectar los efectos del prusiato en dicha fruta (Cámara de
Diputados de Chile, p. 17). Tras descartar la presencia de cualquier tóxico en la fruta
analizada, el 6 de marzo las autoridades estadounidenses concluyeron que no había
problema con las frutas chilenas, por lo que se suspendieron los controles (Government
Accountability Office, 1990, p. 2).
Días después, el 8 de marzo, la embajada de Estados Unidos en Santiago recibió
una nueva amenaza, indicando que la fruta ya había sido envenenada con cianuro; la
llamada pudo ser grabada y remitida al FBI, que informó a Young que dicha amenaza
era creíble. Una comunicación similar recibió el día anterior la asociación de
exportadores, la que no trascendió a la prensa sino hasta meses después (Cámara de
Diputados de Chile, p. 18). Estos hechos solo aumentaron las revisiones de fruta, que se
concentraron en los tres cargamentos de uva de mesa que arribaron a Filadelfia entre el
32 El Mercurio de Valparaíso, 15 de marzo de 1989.
33 En 1978 se detectó mercurio en un cargamento de naranjas israelíes. Una parte de las frutas fueron
descargadas en Alemania Occidental; el mercurio fue detectado poco antes de que el barco arribase a
EE.UU, por lo que la nave fue retenida y su contenido sujeto a control. Tras 4 días se autorizó la
comercialización de los productos. No hubo afectaciones al resto de la producción frutícola israelí
(Government Accountability Office, 1990, p. 20).
Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Gustavo Farfán Saldaña, 2025 P á g i n a | 17