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Año XXV, Número 46, julio 2025
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
La fruta de la discordia: la crisis de las uvas envenenadas de 1989
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no ocurrió en este caso (p. 26-41). Sin embargo, el informe concluyó que las medidas
fueron proporcionadas y justificadas, sin asignar especial relevancia a la discusión
respecto a si el cianuro fue o no contaminado en los Estados Unidos, o si era necesario
embargar todas la fruta fresca de Chile (p. 4-9).
En paralelo, una investigación independiente publicada en el New York Times, y
realizada por el periodista Bruce Ingersoll, presentó evidencia de que el cianuro fue
inyectado en EE.UU y no en Chile. Ciertos hechos fueron especialmente relevantes,
como la selección de una caja determinada, proveniente de una de las variedades del
fundo Campo Lindo, mientras que el resto del embarque fue ignorado, casi como si los
agentes supieran en que caja debían buscar, sin perjuicio de la imposibilidad de que el
prurito lograse mantener una concentración identificable tantos días después de ser
supuestamente inyectado. Además, y a diferencia del informe del Government
Accountability Office, Ingersoll resaltó que nunca se habían adoptado medidas tan
severas, pues siempre se habían limitado a una nave o partida en concreto, y nunca a
toda la producción de un país (Engel, p. 95).
En marzo de 1990, tras el restablecimiento de la plena democracia en Chile, la
Cámara de Diputados conformó una comisión investigadora respecto al caso de las
uvas envenenadas. El informe final, presentado en 1991, concluyó que hubo mala fe por
parte de los funcionarios norteamericanos, dado que una medida como la adoptada no
tenía precedente en la historia estadounidense, y el único resultado fue afectar la
economía chilena, sin que se pudiera advertir un peligro creíble para los consumidores
(Cámara de Diputados, 1990). Ante las conclusiones de dicho informe, tanto la
asociación de exportadores como el nuevo gobierno concertacionista del presidente
Patricio Aylwin decidieron cambiar la estrategia jurídica, y optaron por demandar
directamente en los tribunales estadounidenses (Engel, p. 96).
97 Este punto demostraría que las uvas fueron inoculadas en el mismo puerto de Filadelfia, como acusaron
ciertos autores chilenos, sin embargo, el punto nunca pudo ser confirmado, ya que los granos de uva
quedaron destruidos, y no se conservaron imágenes de ellos (Bravo, 1997).
Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Gustavo Farfán Saldaña, 2025 P á g i n a | 33