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Año XXV, Número 46, julio 2025

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                                         Maestranza Aérea de Madrid, Centro de Mantenimiento de ala rotatoria…



              era  un  carpintero  asturiano  que  había  establecido  en  la  calle  de  Velázquez  esquina
              Villanueva un taller de carpintería mecánica. Sus hijos Amalio y Pablo trabajaban con él,

              y el segundo había hecho hélices para los modelos con motor de gomas. Utilizando el

              orden  alfabético,  Barcala,  la  Cierva  y  el  menor  de  los  Díaz  formaron  el  BCD,  que
              realizaría  construcciones  en  el  taller  de  Florencio  Díaz,  con  prototipos  de  aeroplanos

              emblemáticos, como el BCD.1 (denominado coloquialmente Cangrejo) o el BCD.2 [14].


                     El  18  de  noviembre  de  1920,  Juan  de  la  Cierva,  su  hermano  Ricardo  y  el
              carpintero  Pablo  Díaz  firmaron  un  contrato,  constituyendo  una  sociedad  al  objeto  de

              establecer  un  taller  de  carpintería  mecánica  para  construir  automóviles,  aeroplanos  y

              accesorios.  Este  dato  concuerda  con  la  afirmación  de  Moreno  Caracciolo  de  que  en
              marzo  de  1921  el  autogiro  C.2  se  construía  en  un  taller  particular  de  la  Cierva.  Este

              nuevo autogiro tenía un único rotor con resultante aerodinámica centrada, que la Cierva
              denominó rotor compensado [14].


                     Mariano Moreno Caracciolo, Secretario del Real Aero Club de España y profesor

              de la Escuela Industrial de Madrid, conoció por esa época a Juan de la Cierva. La Cierva

              explicó  a  Caracciolo  su  nueva  teoría  del  rotor  único  compensado,  y  a  partir  de  ese
              momento Caracciolo se convirtió en uno de los acérrimos defensores del autogiro [14].


                     El  C.2  era  un  autogiro  mayor  que  el  C.1,  equipado  con  un  motor  rotativo  Le

              Rhóne  de  110  CV,  y  rotor  de  cinco  palas,  de  11,5  metros,  con  perfil  Eiffel  simétrico.

              Respecto al lugar de construcción del C.2, Warleta indica que el taller, de la sociedad
              Cierva-Díaz, se encontraba en la Calle Luchana [14], según testimonio de Jaime de la

              Cierva,  hijo  del  inventor.  Esta  ubicación  se  encontraría  relativamente  cerca  de  la
              carpintería del padre de Pablo Díaz, lo cual tendría cierto sentido dado que en los inicios

              tendrían  que  recurrir  a  Florencio  Díaz  en  busca de apoyo,  materiales  y herramientas.
              Por  otra  parte,  el  profesor  López  Ruiz  revela  en  su  libro  que  el  C.2  se  construyó  en

              Getafe,  en  un  taller  particular  propiedad  de  la  sociedad  Cierva-Díaz  [8];  no  obstante,

              Warleta comenta que la Cierva y sus amigos iban casi todas las tardes a Getafe en tren,
              porque el inventor había tenido que vender su automóvil para sufragar los ensayos del






                       Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Fernando Aguirre Estévez, 2025                  P á g i n a  | 57
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