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Año XXV, Número 46, julio 2025

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                                         Maestranza Aérea de Madrid, Centro de Mantenimiento de ala rotatoria…



              autogiro [14], según testimonio de Caracciolo. El C.2 tuvo un desarrollo largo y lo más
              probable es que la Cierva comenzará sus actividades en el taller cerca de la carpintería

              de Florencio Díaz, y en la medida que requería de otras instalaciones en Getafe para

              realizar  las  operaciones  aéreas,  compaginará  ambos  talleres  para  poco  a  poco  ir
              trasladándose  a  Getafe  desde  donde  poder  realizar  modificaciones,  montajes  y

              desmontajes a pie de aeronave.


                     Como  la  construcción  del  C.2  avanzaba  muy  lentamente  y  los  recursos
              económicos del inventor eran limitados, la Cierva, impaciente por comprobar su teoría

              del  rotor  compensado,  decidió  construir  antes  otro  aparato  más  simple,  que  se

              denominó  C.3  [8].  El  C.3  estaba  construido  a  partir  de  un  fuselaje  de  monoplano
              Sommer, rotor de tres palas flexibles y perfil simétrico Fokker. Inicialmente, el C.3 tuvo

              un  motor  Gnome  de  50  CV,  y  más  tarde  un  Le  Rhóne  de  80  CV.  Algunas  piezas
              metálicas  que  el taller  de  la  Cierva  no  podía  fabricar fueron  realizadas  en  la  Escuela

              Industrial de Madrid, gracias a su amistad con Mariano Moreno Caracciolo. Así, el C.3

              debía servir para experimentar el rotor compensado y, además, un original sistema de
              mando lateral [14].


                     Las pruebas del C.3 se iniciaron en Getafe hacia el mes de junio de 1921, pero al

              cobrar velocidad y elevarse, el C.3 se inclinaba a la derecha y caía al suelo, rompiendo
              las palas en varias ocasiones. La Cierva modificó el C.3 hasta nueve veces, hasta que

              finalmente  desistió  [8]  [14]  en  algún  momento  entre  finales  de  1921  y  comienzos  de

              1922. Finalmente, la Cierva atribuyó la descompensación del rotor a la falta de rigidez a
              torsión  de  las  palas,  necesaria  para  que  el  piloto  pudiera  alabearlas,  pero  que  daba

              lugar a torsiones elásticas no deseadas, producidas por las fuerzas aerodinámicas [8].


                     El C.2 quedo finalizado a principios de 1922 y desde el principio los ensayos del
              C.2 mostraban un comportamiento similar al del C.3. Así, los intentos de vuelo del C.2

              terminaban en rotura de las palas y, según Moreno Caracciolo, alguna vez el fuselaje se

              deformó por el esfuerzo a torsión impuesto por el mando lateral de cola. En total, el C.2
              fue reconstruido hasta cuatro veces sin mejorar el resultado, si bien la Cierva consideró






                       Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Fernando Aguirre Estévez, 2025                  P á g i n a  | 58
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