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Año XXV, Número 46, julio 2025

       Depósito Legal M-34.164-2001
             ISSN 1695-6214


                                         Maestranza Aérea de Madrid, Centro de Mantenimiento de ala rotatoria…



              Olivié Hermida [19]. Esta balanza consistía en dos paralelogramos articulados de acero
              y duraluminio que servía para medir las fuerzas aerodinámicas.


                     Para su ensayo en el túnel aerodinámico, se hizo un modelo a escala 1/10 del

              rotor proyectado por la Cierva para el autogiro C.6 que se construiría en los Talleres de

              la Aviación Militar. El modelo tenía cuatro palas con perfil Göttingen 429 y un diámetro
              de  1,10  metros.  En  vez  de  articulaciones  de  batimiento,  las  palas  se  unían  al  buje

              mediante  chapas  flexibles  de  acero  que  permitían  el  batimiento.  No  se  sabe
              exactamente la fecha de comienzo de los ensayos, pero en el reverso de una foto del

              rotor en  el túnel,  la  Cierva  indicó otoño-invierno  1923.  El informe  final de  Herrera  fue

              fechado el 31 de enero de 1924 [14], lo cual permite asegurar que la construcción del
              C.6 tuvo que hacerse en el segundo semestre de 1923.


                     Era la primera vez que el rotor del autogiro se probaba en un túnel aerodinámico.

              El  modelo  fue  montado  en  la  balanza  y  “soplado”  con  velocidades  de  viento
              comprendidas entre 10 y 20 metros por segundo (entre 36 y 72 kilómetros por hora) con

              ángulos de ataque de 0 a 34 grados. En una zona muy estrecha de ángulos de ataque,

              alrededor de 1º, el rendimiento aerodinámico obtenido era superior al del perfil Göttingen
              429. Esto indicaba un buen radio de acción y un planeo con pendiente muy pequeña.

              Pero,  además,  este  ángulo  de  ataque  de  1º  era  también  el  de  mínima  resistencia  al
              avance y el de mínima potencia necesaria para el vuelo. Esto sugería que volando a la

              velocidad máxima se obtenía simultáneamente el máximo radio de acción y la máxima

              economía.  Al  aumentar  el  ángulo  de  ataque  por  encima  de  1°,  el  coeficiente  de
              sustentación  seguía  creciendo  en  todo  el  intervalo  de  ángulos  de  ataque  ensayados

              (hasta  34°)  y  Herrera  estimaba  que  el  máximo  correspondería  a  40º  ó  50º.  A  34º,  el
              coeficiente de sustentación referido al área de las palas era del orden de diez veces el

              máximo del perfil Göttingen 429. El autogiro sería capaz de mantener el vuelo horizontal

              a  velocidades  muy  bajas.  Estos  resultados  del  túnel  dieron  a  la  Cierva  un  optimismo
              enorme cuando los aplicó a calcular las actuaciones del C.6 por el método de la polar

              logarítmica. El autogiro, gracias a la estrecha zona del pequeño ángulo de ataque con
              alto  rendimiento  aerodinámico  y  a  los  enormes  coeficientes  de  sustentación  posibles,





                       Historia Digital, XXV, 46, (2025). ISSN 1695-6214 © Fernando Aguirre Estévez, 2025                  P á g i n a  | 65
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